17.4.11

Desilusiones

A veces, afrontar situaciones adversas deriva en un vacío insostenible en mis entrañas, indescriptible, que uno mismo, y nadie más, podrá entender. Un vacío que duele, mucho. No pensar, distraerse, no afrontarlo pareciera ser la única opción para que deje de perturbar. Pero hay momentos en los que inevitablemente afrontamos el duro momento de estar sin nadie al lado, en el cual sin ser llamado, el recuerdo invade la mente y el vacío que se encontraba milagrosamente camuflado, resurge esta vez más fuerte, para incomodar considerablemente a la existencia misma. Definitivamente, entonces, hay que aprender con la experiencia, a distinguir lo que realmente justifica el vacío. De lo contrario, el mismo será permanente e inmortal.

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